Detrás de toda buena sopa casera hay un buen caldo limpio repleto de sabor y de nutrientes. Da igual que no sepas cocinar, porque hacer caldo de huesos es de lo má sencillo. Usa una parte para hacer sopa y el resto puedes ir bebiéndotelo tranquilamente como si fuera té o congelarlo y tenerlo listo para otras recetas. Congélalo en forma de cubitos de hielo y échalos en tus salteados de verduras.
Se me olvidaba: todo esa gelatina que verás una vez que se enfríe el caldo en la nevera es el colágeno que se extrae de los huesos. Sus propiedades son increíbles, ya que beneficia a las articulaciones, la pared intestinal, la inflamación, las uñas, el pelo, la piel y un largo etcétera. En este artículo te explico detalladamente todos sus beneficios.
Además, no hay nada que calme tanto la ansiedad como llegar a casa después del trabajo y poder beber una taza de caldito calentito mientras preparas la cena. ¿A qué esperas? ¡Ponte ya a hacer caldo de huesos!
Caldo de huesos casero
TIEMPO TOTAL: 14 horas mínimo (idealmente 24)
INGREDIENTES
HUESOS:
Te propongo esta combinación pero puedes jugar con las proporciones, quitar algunos o añadir otros. Hace poco, por ejemplo, hice un caldo con los huesos del lacón mezclados con los del pollo y estaba buenísimo.
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1/2 kg de huesos de caña y rodilla de vaca (si pueden tener restos de carne por encima, mucho mejor, ya que potenciamos el sabor gracias al umami del glutamato de la carne)
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1 carcasa de pollo o pavo (más los huesos del resto de partes del pollo tras haberlo comido; yo los voy guardando en una bolsa en el congelador hasta que hago caldo. Sí, los huesos ya roídos y chupados jajaja…)
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1 o 2 zancos de pollo para aportar el sabor umami del glutamato. También puedes usar 1 muslo de pavo (sin el trasero). El mejor pavo es el de Pavos Bío, pastoreado y ecológico (código RAMON para descuento).
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1-2 patas de pollo o pavo (mi favorito es del de Pavos Bío, pastoreado y ecológico (código RAMON para descuento). Echar las patas es asegurarse una cantidad buenísima de colágeno y gelatina. Y además contribuyes a utilizar todo el animal y a consumir de manera más sostenible y responsable.
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Si no tienes patas de pavo o pollo, también puedes echar 2-4 alitas de pollo o 1-2 de pavo, para un extra de colágeno/gelatina
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300-400 g de rabos de cerdo o ternera/toro para más colágeno/gelatina. Si no tienes o no quieres poner estos huesos, puedes añadir 1/2 kg más de huesos de caña.
VEGETALES:
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2 zanahorias ecológicas con piel cortadas 5-6 en trozos
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1 cebolla cortada en 4
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2-3 ramas de apio ecológico (hojas y tallo) cortadas en trozos (menos si no amas el apio)
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3-4 setas shiitake (potencian el sabor gracias al umami del glutamato)
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2 dientes de ajo con piel medio machacados
HIERBAS Y ESPECIAS:
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1/2 ramillete de perejil (opcional)
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4-6 granos de pimienta negra
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2 hojas de laurel
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3 rodajas de cúrcuma fresca o 1/2 C de cúrcuma en polvo
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2 rodajas de jengibre fresco o 1 c de jengibre en polvo
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3-4 bayas de cardamomo (opcional)
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6-8 granos de cilantro (opcional)
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1 C de vinagre de sidra de manzana (ayuda a extraer los minerales de los huesos)
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1 trozo de alga Kombu (del tamaño de tu dedo gordo): aporta minerales y sabor umami
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1 C de sal no refinada
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agua hasta llenar la cacerola (3-4 litros)
INSTRUCCIONES
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Pon SOLO los huesos en una olla grande con el vinagre de manzana. Ahora llena de agua hasta arriba, tapa y espera a que hierva. Cuando hierva, destapa y retira la espuma de la parte superior con una espumadera. Baja el fuego y deja hervir a fuego lento durante al menos 14 horas (idealmente 24). Ve añadiendo agua según se vaya evaporando para optimizar el espacio.
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Cuela el caldo, saca los huesos y tíralos.
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Mete ahora las verduras y cuece 1 hora más. Yo prefiero cocer las verduras al final para poder aprovecharlas y comerlas, y si han estado más de 1 hora la textura no es nada agradable. Puedes saltearlas con curry y añadir leche de coco o triturarlas como parte de una crema de verduras. A mí me encanta cortarlas en trozos, y servirlas calientes con un buen chorro de AOVE y sal en escamas por encima.
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Cuela el caldo y ajústalo de sal (yo prefiero dejarlo soso para poder cocinar después sin miedo a pasarme de sal). Déjalo templar y mételo en la nevera (hasta 5 días) o en el congelador (hasta 3 meses).
NOTAS:
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Cuanta mayor sea la calidad de los ingredientes, mejor para tu salud. En el caso de las plantas, algunas como el apio y las zanahorias con piel conviene que sean ecológicas. En los animales, las partes más grasas son las que pueden acumular más toxinas, así que si puedes invierte aquí un poco más de dinero para que sean eco o de pasto/pastoreo.
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Si lo hierves solo durante 2-4 horas, tendrás un caldo limpio riquísimo pero ni de lejos tendrás los mismos nutrientes. También puedes usar caldos ya elaborados que venden en los supermercados, pero conviene que sepas que muchos no utilizan productos frescos, sino verduras liofilizadas, en polvo, congeladas y pastas de huesos triturados, que no aportan lo mismo.
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Cuando termines de hacer el caldo y lo hayas refrigerado, verás que se queda una capa de grasa en la parte superior. No es necesario desgrasarlo (quitar toda la capa superior de grasa que se solidifica al enfriarse) o al menos no del todo si los huesos que has usado son ecológicos o de pasto/pastoreo, ya que sus grasas serán de calidad. Puedes desgrasar porque no te guste tan graso, pero se puede comer sin problema. Un truco si te ha quedado graso: tomar el caldo calentito con un chorrito de lima o limón.
Eso sí: si los huesos no son ecológicos o de pasto/pastoreo, entonces mejor retirar esa capa de grasa y descartarla.
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