Sí, sí. La vitamina D prácticamente solo la obtenemos tomando el sol, con una buena parte del cuerpo expuesta directamente al sol, es decir, sin ropa pero también sin crema. Y la crema protectora la necesitamos para no quemarnos, pero hay otros remedios: la comida.
Los antioxidantes son moléculas que nos protegen de los malos, los famosos radicales libres. Los carotenoides, el glutatión, las vitaminas E y C y los polifenoles están entre los antioxidantes más potentes y gracias a ellos:
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neutralizamos los radicales libres, que dañan el resto de nuestras células;
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absorbemos los rayos ultravioletas sin sufrir daños;
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proporcionamos hidratación, fuerza y elasticidad a la piel;
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y reparamos el daño hecho a la piel (arrugas) regenerando el colágeno.
¿Y qué alimentos hay que comer?
Uno de mis preferidos es el CACAO. Las propiedades antioxidantes del ingrediente principal del chocolate negro son cuatro veces más potentes que las del chocolate negro normal y 20 veces más que las de los arándanos azules, el superalimento por excelencia. Pero además contiene proteína, calcio, caroteno, tiamina, riboflavina, magnesio, sulfuro, flavonoides y ácidos grasos esenciales. No te pierdas mi receta de pudding de cacao sin lácteos.
Las verduras frescas y ecológicas, en especial las de hoja verde. Aunque si quieres aprovechar al máximo sus antioxidantes, lo mejor es comerlas crudas. Las ensaladas, zumos y smoothies son la manera más fácil y rápida. Otras de mis favoritas son los pimientos rojos y los tomates, bien cargaditos de licopeno (sobre todo cocinados).
Frutas: frutos rojos como las moras, las frambuesas y los arándanos azules y rojos son las mejores fuentes de antioxidantes que puedes consumir. Otros ejemplos son el kiwi, las uvas, las calabazas y las naranjas.
Todos los tés verdes, pero en especial el matcha (té verde en polvo).
Los frutos secos: nueces, avellanas y pecanas son fuente excelentes.
Dime, ¿cuál es tu comida antioxidante favorita?
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