Siempre digo a mis clientes lo importante que es comer productos frescos, locales, ecológicos y de temporada. Esto último siempre lo he dicho más por razones ecológicas (los productos no se hacen miles de kilómetros para llegar a tu nevera) y de economía de cercanía, pues me gusta comprar en comercios pequeños del barrio: ayudas a emprendedores locales y recibes un trato mucho más agradable y profesional que en grandes superficies.
¿Y si hubiera una razón VITAL para comer productos de temporada? Los animales herbívoros tienen dos estómagos. El primero se llama rumen y es donde millones de microbios digieren hierbas, cortezas y otras partes de las plantas imposibles de digerir para el estómago humano. La saliva y el rumen de los herbívoros es alcalino o neutro, lo que hace que pueda llegar al rumen casi cualquier microbio vivo. Este estómago está diseñado de una manera tan intrincada que la ciencia todavía no ha conseguido imitar en un laboratorio esta proeza digestiva de la naturaleza capaz de albergar tantos microbios saludables. Tal cantidad y variedad de microbios hace que los herbívoros sean capaces de digerir por completo casi cualquier planta o célula vegetal.
Ahora viene la parte interesante: la dieta de los herbívoros cambia radicalmente con las estaciones del año y, consecuentemente, van variando también los microbios de la flora intestinal en función del tipo de alimentos de cada temporada: las ramitas y cortezas del invierno son sustituidas por las hojas y los brotes tiernos de la primavera o las bellotas del otoño. Pues resulta que si un ciervo come brotes hojas o brotes tiernos en medio del invierno, su rumen sufriría un choque tremendo, subirían los niveles de acidez y se llenaría de gases. Un desajuste semejante puede matar al ciervo.
Es decir, que cuando un herbívoro toma alimentos que no son de temporada se produce un cambio radical en su cuerpo que puede llegar a matarlo. Soy consciente de que somos omnívoros, no herbívoros, pero creo que esta información conviene digerirla bien. Si un ciervo puede morir por comer productos que no son de temporada, quizás deberíamos empezar a respetar las estaciones y a consumir alimentos de temporada.
No hay duda de que los microbios que tenemos en nuestra flora intestinal cambian según lo que comamos y la estación del año. Quizás seamos más resistentes a estos cambios pero ¿somos inmunes?
Fuentes:
https://lifespa.com/lessons-from-a-deer/
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