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¿Por qué tengo el colesterol alto?

¿Por qué tengo el colesterol alto? ¿Por qué sube el colesterol a pesar de comer bien? ¿Qué hay que hacer para bajar el colesterol? ¿Qué no puedo comer si tengo el colesterol alto? ¿Cómo puedo bajar el colesterol? Estas preguntas son muy normales y recibo mensajes similares a diario en mi cuenta de Instagram.

En este otro artículo explico qué es el colesterol y los triglicéridos y por qué es más importante mirar el número de partículas (LDL-P) que la cantidad total de colesterol (LDL-C), que es lo que se suele mirar en las analíticas. Así que quizás quieras leer ese artículo primero (o incluso este otro sobre la dieta cetogénica y el colesterol).

Las 5 causas de un colesterol alto

Las cinco causas principales que elevan las partículas de colesterol LDL son las siguientes: las alteraciones metabólicas (resistencia a la insulina), los problemas de tiroides (hipotiroidismo), el exceso de permeabilidad intestinal, las infecciones (disbiosis) y la genética (hipercolesterolemia familiar). En este artículo voy a ir desgranando una a una las cinco causas principales que están detrás del colesterol (LDL) alto.

El enfoque de la medicina más convencional consiste en centrarse en los síntomas e intentar poner parches: que tienes la tensión alta, te doy una pastilla para bajarla; que tienes el azúcar alto, otra pastilla; que tu colesterol está alto, añade otra más. Sin embargo, en la medicina integrativa, en lo que yo baso mis intervenciones, intentamos ir a la raíz del problema y encontrar las verdaderas causas. Por ejemplo, si tu azúcar y tu colesterol están altos, en la medicina integrativa empezaremos preguntándonos el porqué. Si llegamos a la raíz del problema, muchas veces la medicación farmacológica no es necesaria.

Con este enfoque en mente, vamos a ver las principales causas detrás de la hipercolesterolemia o de un número elevado de LDL-P. Y si en tu caso están elevadas, lo lógico será tratar estas causas primero, o al menos al mismo tiempo que tomas medicación farmacológica: estatinas (Atorvastatina, Fluvastatina…), inhibidores de absorción del colesterol (ezetimiba), inhibidores de la PCSK9, inhibidores de la citrato liasa, etc.

Síndrome metabólico y resistencia a la insulina/leptina

Las partículas de LDL no transportan solo colesterol; también llevan triglicéridos, vitaminas liposolubles (como la comúnmente infravalorada vitamina D) y antioxidantes. En realidad, el LDL es como una camioneta que entrega nutrientes vitales a las células y tejidos. Como es lógico, la capacidad de estas camionetas es limitada: cada partícula de LDL transporta un número determinado de moléculas de colesterol y triglicéridos. Cuantos más triglicéridos (TG) llevan, menos espacio queda para transportar colesterol, y más partículas de LDL tiene que fabricar el hígado para llevar el resto del colesterol a los tejidos que lo necesitan. Como consecuencia, la persona acabará teniendo un número elevado de partículas de LDL.

Vamos a imaginar dos casos diferentes: ambas personas tienen un colesterol LDL de 130 mg/dl, pero una tiene TG elevados y la otra, no. La que tiene TG elevados necesitará más LDL para transportar la misma cantidad de colesterol.

Varios estudios han encontrado relación entre niveles elevados de partículas de LDL y el síndrome metabólico. En este estudio, por ejemplo, se midió la apolipoproteína B o apoB (un marcador equivalente al LDL-P) en 1.400 personas jóvenes finlandesas sanas. Las personas que presentaban un número mayor de LDL-P tenían un riesgo 2,8 veces mayor de padecer síndrome metabólico. Otro estudio de mayor envergadura (300.000 participantes) demostró que hay una clara relación entre la elevación de LDL-P y los factores del síndrome metabólico (fuente): TG altos (>150), glucosa en ayunas elevada (>100), obesidad abdominal, HDL bajo (<50 en mujeres y <40 en hombres) e hipertensión (tensión arterial > 13/8).

Todo esto lo explico más en detalle en este otro artículo que te decía al principio.

Alteraciones de la tiroides (hipotiroidismo)

El mal funcionamiento de la glándula tiroides también puede causar un número elevado de LDL-P (estudio). Las hormonas tiroideas regulan de diferentes maneras la producción, absorción y metabolismo de los lípidos (grasas). Asimismo, las hormonas tiroideas aumentan la expresión de los receptores de LDL situados en la superficie celular del hígado y otros tejidos; de hecho, en el hipotiroidismo dichos receptores disminuyen, con lo que se elimina menos LDL de la sangre y suben sus niveles.

Por otro lado, el hipotiroidismo también puede elevar el colesterol al actuar en la proteína Niemann-Pick C1-like 1 (NPC1L1), fundamental en la absorción intestinal del colesterol de la dieta. Incluso en casos de hipotiroidismo subclínico (TSH elevada y T4 y T2 normales), los estudios demuestran que cuando se mejora la función tiroidea, el LDL-P también mejora (estudio, estudio y estudio).

Hiperpermeabilidad intestinal

Determinados factores como el estrés, la alimentación (alergias, intolerancias), el alcohol, la disbiosis intestinal (parásitos, hongos, ciertas bacterias), los tóxicos (glifosato, metales pesados), alteraciones funcionales (IgA baja, hipoclorhidria, histaminosis) y ciertos fármacos alteran el funcionamiento del epitelio intestinal y aumentan su permeabilidad, lo cual permite el paso de sustancias (lipopolisacáridos o LPS) y microorganismos nocivos, así como alimentos mal digeridos, que sobreestimulan al sistema inmunitario. Es lo que se denomina síndrome de intestino hiperpermeable o leaky gut en inglés.

Parte de dicha respuesta inmunitaria incluye a las partículas de LDL, las cuales poseen funciones antimicrobianas (estudio). La llamada proteína fijadora de lipopolisacáridos, que circula junto a las partículas de LDL, reduce la endotoxemia provocada por los LPS al unirse a ellos y retirarlos de la circulación sanguínea (estudio).

Esto lo he podido comprobar en la práctica clínica con mis pacientes: cuando el intestino está dañado y hay un exceso de permeabilidad intestinal, el colesterol LDL suele elevarse, pero mejora una vez solucionado el origen del problema, que muchas veces es una disbiosis por H. pylori, SIBO, parásitos o cándida.

Infecciones

Como decía, las infecciones son otra de las causas del colesterol elevado. La literatura científica (estudio, estudio)) demuestra que detrás de las alteraciones cardiovasculares como la elevación del colesterol puede haber infecciones por bacterias (Chlamydia pneumoniae o Helicobacter pylori) o virus (herpes o citomegalovirus).

Genética

Y, por último, las causas pueden ser genéticas, y la más común es la hipercolesterolemia familiar (HF), la cual implica la mutación del gen que codifica los receptores de LDL o del que codifica la apoproteína B (apoB). Para poder llevar nutrientes a las célula y retirar las partículas de LDL de la sangre, estas deben acoplarse a los receptores de LDL de las paredes celulares. La apoB es la parte de las LDL que se acopla al receptor, es decir, es como si la apoB fuera la llave y el receptor, la cerradura. Si alguno de los dos falla, ni se entregarán los nutrientes ni se eliminará el colesterol de la sangre correctamente.

Si la mutación genética es en homocigosis, es decir, se poseen ambos alelos de HF, algo muy poco frecuente que solo ocurre en una persona de cada un millón, el colesterol total puede subir hasta 1.000 mg/dl y el riesgo de morir por una complicación cardiovascular es muy elevado. Sin embargo, en la mayoría de casos la mutación es heterocigota (solo un alelo) y los niveles de colesterol total suelen rondar los 350-550 mg/dl, además de un número elevado de partículas de LDL. Siempre que no se trate dicha enfermedad, el riesgo de complicación cardiovascular mortal es tres veces superior al de las personas sin dicha mutación.

Conviene resaltar que, a pesar de que las personas que padecen de HF suelen tener partículas de LDL grandes, su riesgo cardiovascular es mucho mayor. Y aunque es cierto que las partículas de LDL pequeñas, densas y oxidadas son las que suelen acarrear mayor riesgo cardiovascular, las grandes también pueden ser peligrosas en cantidades muy elevadas. Por eso es preferible mirar siempre el LDL-P y no el LDL-C (que es el que aparece siempre en las analíticas «normales»).

¿Qué puedo hacer?

Ya sabes que siempre quiero empoderarte para que tomes acción lo antes posible, sabiendo bien lo que estás haciendo y yendo a la raíz del problema. La inflamación crónica de bajo grado, la disbiosis y otras infecciones deben ser atajadas, y para ello debemos sentar las bases de una buena alimentación antiinflamatoria. En mi curso Alimentación Antiinflamatoria hacemos justamente esto, con vídeos que te ayudan a entender y poner en práctica una alimentación sencilla pero efectiva. En este curso tendrás las bases para que luego las consultas sean más efectivas, pues sí o sí estas bases tendrás que ponerlas en práctica (aunque en consulta personalicemos más todavía).

¡¿A qué estás esperando?! Empieza ya con pequeños cambios y disfruta cuidándote.

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